Es difícil cuando como madre vienes y rompes este estereotipo machista de como se debe de ser una “buena” madre, muchas veces escuche que mi hija iba primero que mis estudios y que nunca debía de poner mi carrera profesional por delante de mi hija

Nuevas maternidades. Ser madre joven en México.

Creo que en México tenemos una concepción de la maternidad y de las madres muy errónea a lo que es la maternidad de verdad, se espera que una madre sea la base de la familia mexicana. ¿Cómo? Bueno pues para empezar necesita ser ama de casa, ocuparse de las labores del hogar todo esto mientras su salud mental tiene que estar impecable porque tiene que atender a su esposo y a sus hijos, sus hijos deben de ser “su mundo”, pareciera que la madre mexicana no tiene el derecho de tener mas sueños y aspiraciones que no estén relacionados a el crecimiento personal de sus hijos (lo cual sólo aplica cuando eres de clase media/baja, porque si eres de clase alta no hay tanto problema porque al parecer el dinero te da este “comodín” para poder hacer mas cosas aparte de ser madre). El estereotipo de la madre mexicana es el de una mujer que da todo por sus hijos, incluso su propia vida, una persona que al parecer tiene y debe de renunciar a sus sueños y aspiraciones para poder dedicarse a su familia y eso se considera admirable (y lo es), una mujer casi asexuada que pareciera que no tiene libido y solo encuentras emociones y sentimientos como la bondad, felicidad, etc. en ella, casi como si fuera una virgen. Creo que la religión y ese machismo tana arraigado perteneciente al mexicano, encajaron perfecto para hacer el estereotipo idóneo de lo que es “una madre perfecta” o el estereotipo del como debe de ser una madre, creo que si fuera posible el mexicano decidiría que las mujeres que deciden ser madres (o que lo son por imposición, porque si, eso sigue pasando en pleno siglo XX1) concibieran sin dejar de ser vírgenes.

Es difícil cuando como madre vienes y rompes este estereotipo machista de como se debe de ser una “buena” madre, muchas veces escuche que mi hija iba primero que mis estudios y que nunca debía de poner mi carrera profesional por delante de mi hija y sus necesidad y/o intereses personales, en pocas palabras, dejar de lado todo lo que me gusta para dedicarme a la única tarea de ser madre y ya, debía de conformarme con eso y vivir a expensas de los logros de mi hija, porque mi mayor logro iba a ser que ella fuera exitosa sin que yo lograra un éxito individual. Mientras todo esto pasaba a mi alrededor yo me negaba a dejar la universidad o dejar de dedicarle tiempo a algo que me hace feliz, como es la universidad ya que todo esto es parte de una meta que yo me propuse y mucha gente pensaba y me decía (aun lo hacen) egoísta, porque mi hija “no era prioridad”, y no es que mi hija no sea prioridad en mi vida, creo que no jamás encontraría o palabras para decir lo que siento por mi hija pero no tengo porque comparar el amor que le tengo a algo intangible como lo es la satisfacción que me produce aprender y eventualmente conseguir un titulo universitario, con el amor que le tengo a un ser humano, me parecía absurda la idea de tan solo pensar que mi hija y mi carrera universitaria o intereses personales estaban “al mismo nivel” porque desde mi concepción son cosas totalmente diferentes y ambas me importan, pero de una manera diferente. El amor que me tengo a mi y a mis metas personales, logros y aspiraciones no es el mismo amor que le tengo a la maternidad, a mi hija como individuo y a mi yo madre.

 

 

No entrar en el estereotipo de madre mexicana es horrible, la sociedad te juzga, te aísla y muchas veces hasta te persigue, porque ser madre no es todo azúcar, flores y muchos colores, como todo en la mida no es algo de un solo color, sino que tiene muchas matices, ser madre significa a veces no querer serlo, ser madre significa que la crianza despertara emociones y pensamientos (algunas veces hostiles) frente a los hijos, ser madre puede significar vivir en una dicotomía de amor/odio. Pero todos estos aspectos son aspectos de los que parece que esta penado hablar, porque “lo mejor que te puede pasar como mujer es convertirte en madre”, cuando esto depende de una serie de factores como por ejemplo si fue un embarazo deseado o no, si hay traumas de la infancia que no se han superado (porque cuando estas criando a un pequeño ser humano estos flashbacks de la infancia llegan y estos pueden ser buenos o malos) sin embargo la mayoría de las madres con todo esto logran sacar adelante a sus hijos y muchas veces a su familia, logran ser ese pilar de la familia, pero siempre que veo a una madre no puedo evitar preguntarme ¿quién cuida del que cuida?

Ser una madre joven y soltera en México creo que es de las cosas más difíciles a las que me eh enfrentado y no porque la labor de madre me resulté difícil (aunque si lo es, la disfrutó mucho) si no porque me di cuenta de que ni yo, ni muchas otras madre entran en este estereotipo misógino y superficial de ser madre.  Ser madre es ser una persona con matices como cualquier otra, me di cuenta de que al igual que yo muchas otras madres jóvenes no entraban en ese arquetipo de madre devota, santa y sacrificada y al contrario me encontré con mujeres reales, me encontré con mujeres rotas, con heridas a flor de piel pero que no por eso dejan de amar a sus hijos, en pocas palabras me encontré con personas comunes y corrientes, es como si ser madre te deshumanizara por completo ante los ojos de los demás, como si fueras un robot que tiene que vivir por y para sus hijos y familia, no puedes tener aspiraciones que no sean basadas en tus hijos o familia, no puedes tener metas que no incluyan a tus hijos y familia, no puedes tener logros propios porque tu mayor logro será ver a tus hijos triunfar y ni se te ocurra divertirte, ser un ser sexuado o conocer a alguien más después de que tu matrimonio no funciono o de que el padre de tu/s hijo/os no se hizo cargo de ellos, porque entonces adjetivos machistas como “luchona” te lloverán.

Creo que es necesario empezar a visibilizar estas “nuevas maternidades” y es que, la verdad no es que sean nuevas, lo que pasa es que nos encontramos frente a una generación de madres que saben separar el amor propio de el amor que se tiene por los hijos, que como ya lo había comentado son dos tipos de amor sumamente diferentes, querer aprender algo nuevo, salir, estar sola no significa que quieras menos a tus hijos, simplemente significa que como cualquier otro ser humano tienes deseos y necesidades , creo que este es un problema que siempre ha persistido sobre todo en México y que por supuesto afecta en la salud mental de las mujeres que ejercen la maternidad y mientras tu hijo este bien ( a simple vista) no importa que tu como madre te estas rompiendo, creo que es un tema que nos compete a todos porque se traduce a lo siguiente: madres mentalmente sanas = hijos mentalmente sanos

 

 

Hay autores que resaltan que:

Las maternidades posmodernas o nuevas maternidades descentran a la mujer como responsable única del ejercicio de la maternidad, así como de ser el soporte afectivo de la familia. Tal es el caso de las familias homoparentales o generadas artificialmente, donde los hijos/hijas de parejas gays o lésbicas pueden ser atendidos maternalmente por un hombre o por una mujer que no es la madre biológica.

(Solís y Guzmán, 2012, párr. 4)

Las nuevas maternidad aparte de implicar cosas como no hacer de su familia el centro de la vida de cualquier mujer, también hizo visible lo obvio, el hombre de la familia tiene las mismas responsabilidades tanto en la casa como de crianza que la mujer. Creo que esto es de las cosas mas importantes y tocamos, a la vez, un tema invisibilizado que es el trabajo del hogar, lo poco valorado que es y a veces, me atrevería a decir, que no se le ve como un trabajo. Las familias de “antes” estaban acostumbradas a que el hombre era el que trabajaba, llegaba del trabajo y su mujer debía de tener la casa limpia, la comida lista, los niños impecables (y bien educados porque la educación también dependía de la madre de familia) y esas mujeres debían de estar guapas, felices y de buen humor o si no, eran histéricas. ¿Pero que pasa cuando la mujer empieza a tener un rol “activo” dentro de la familia? ¿qué pasa cuando la mujer a parte de ser el pilar de cualquier familia ahora también aporta a la economía de la familia? La mujer madre de familia, ama de casa y ahora aportadora económica se dio cuenta que la educación y cuidado tanto de sus hijos como del hogar no dependía solo de ella, sino también de su consorte y creo que en parte el pensamiento de antaño era “como tu no aportas económicamente, te toca cuida el hogar” obviamente mientras el trabajo del hogar era como si no fuera un trabajo y mas como algo natural de la mujer, pero ahora la mujer aporta económicamente, ahora la mujer tiene un “trabajo de verdad”, ahora la mujer tiene derecho de exigir.

Focchi (2000) citado por Solís y Guzmán (2012, párr.8) menciona que “Desde las ideologías dominantes de género, la maternidad es el espacio/región de autosuficiencia para las mujeres que les viene a servir de compensación por la falta de distribución equitativa del poder social entre ellas y los varones” y es totalmente cierto, la mujer fue relegada por tanto tiempo a ser solamente madre de familia que es difícil que ella misma se conciba como algo mas que sólo madre y esposa, le resulta difícil pensar en la idea de tener otras cosas que hacer aparte de ser madre.

 

 

Creo que hoy por hoy la mayoría de las mujeres mayores de edad y de clase media pueden elegir entre formar una familia o sus intereses personales, a veces pareciera que ser madre implica dejar de ser tu misma, olvidarte de tu esencia, motivaciones, sexualidad, etc.

Se me viene mucho a al mente madres solteras que conozco mientras escribo esto, y creo que es por la transición que tuvieron antes de separarse/divorciarse y después de separarse/divorciarse, y es que es como si fueran dos mujeres completamente diferentes y no lo digo de manera peyorativa, no sé si la presencia de un hombre las haya subyugado a un estereotipo de lo que debe ser una buena madre mexicana, pero después de que estas mujeres se separaron a muchas las vi emprender, mejorar, darse amor propio, darse la oportunidad de conocer nuevas personas ya sea con una intención sexual, de iniciar una relación o solamente de una amistad. Pero el verdadero problema no es si era su pareja quien ponía trabas para que estas mujeres fueran ellas mismas, el verdadero problema es cuando estas mujeres se tuvieron que enfrentar a la mirada llena de prejuicios de la sociedad, donde preguntas como: “¿Cómo se te ocurre salir? Deberías estar con tus hijos cuidándolos”. Salían a flote con la intención de hacer sentir culpables de tener un rato de diversión y para ellas mismas, entonces surge otro problema, les toca enfrentarse contra estereotipos machistas y peyorativos como “mamá luchona” donde incluso ya hay una imagen estereotípica de como “se ven” estas mujeres, las pintan como mujeres desinteresadas por sus hijos, mujeres que dejan toda la obligación de ser madres a sus madres (abuelas de sus hijos), mujeres que no trabajan, mujeres poco atractivas y hasta les dan una clase social, que por lo general suele ser media/baja. Siempre que veo este tipo de estereotipos me pregunto “¿dónde estará el estereotipo del papá luchón?” ese papá soltero que no da pensión alimenticia, ese papá soltero que abandono a sus hijos y a la madre de sus hijos, ese papá soltero que no se encarga de la educación de sus hijos porque solo los ve una vez a la semana y el resto le compete a la mamá que mas tarde la sociedad catalogará como luchona, sin ver todo este trasfondo sociocultural que la rodea y acongoja y como si fuera una cacería de brujas, la juzgan por tener un rato para ella misma. Y como si no fuera suficiente, estas mujeres tienen la culpa por haberles “escogido” un mal padre a sus hijos y es por eso que ella ahora tiene la obligación de ser “buena madre” (entendiendo ser “buena madre” como una madre que se dedica enteramente a sus hijos y si se le ocurre sonreír por otra cosa que no sean sus hijos, automáticamente es una “luchona”).

En una investigación que encontré mientras hacia un breve research por Google, nos menciona Cuevas (2010), “Para ellas, la muerte de su pareja o la ruptura con ella se tradujo en un cambio profundo en su vida social y en una celosa vigilancia y especulación sobre su vida sexual que las afectó tanto a ellas como a sus hijos” (p. 761). En esta investigación se les hizo una entrevista a varias mujeres jefas de familia entre las cueles su esposo había muerto, estaban divorciadas o el hombre nunca se hizo cargo, con el fin de ver cómo es la autopercepción de estas mujeres.

En un apartado donde se les pregunta a las participantes de esta investigación como es para ellas su familia ideal (con la finalidad de ver el imaginario de la familia ideal de las entrevistadas) en resumen contestaron lo siguiente:

Los datos empíricos indican de manera clara

que la construcción de dicho imaginario está estrechamente relacionada

con los valores familiares que les inculcaron en la infancia y adolescencia, y

que estuvieron en mayor o menor medida orientados a la formación de una

estructura nuclear. Estos valores influyeron en el imaginario social de la familia como aquella compuesta por ambos padres y, de manera específica para

ellas, en torno al hombre.

(Cuevas, 2010, p. 763)

Creo que en pocas palabras nuestros sistema busca hacernos creer a las mujeres que es necesario que exista una figura masculina dentro de nuestro núcleo familiar, ya que, sin la presencia masculina, pareciera que ante los ojos de la sociedad una mujer sola no es capaz de criar “correctamente” a sus hijos, lo cual es contradictorio porque según la misma sociedad las mujeres tenemos un “instinto materno”.

Recuerdo mucho una ocasión en la que en una clase en la universidad un profesor hizo énfasis en que las mujeres con hijos, solteras y que se atrevían a tener una vida sexual activa, entiéndase como sexo casual, jamás encontrarían un hombre que las respetara (como si el respeto dependiera de la sexualidad de las personas y no fuera una regla de convivencia básica), este profesor le preguntó a un alumno hombre que si él estaría con una mujer así (refiriéndose a una madre soltera con vida sexual activa) a lo que el contesto: “no, porque ya están muy quemadas”. Toda esta situación me hizo preguntarme ¿por qué estas personas creen que la mayor preocupación de una madre soltera es encontrar pareja? ¿Por qué en pleno siglo XXI sigue existiendo este pensamiento de que las personas valemos por la cantidad de sexo que hemos tenido a lo largo de nuestra vida?

En clase llegamos a hablar sobre deconstrucción, a veces creo que idealizo bastante este concepto y la idea de que algún día las nuevas generaciones podremos deshacernos de este tipo de ideas, es triste ver que gente de mi edad piense de esta forma y base el valor de una persona por la cantidad de sexo que esta haya tenido, es frustrante pensar que ante los ojos de muchísimas personas se necesite ser una mujer casi virginal para ser una buena madre, me impresiona como incluso el hecho de ser madre se tiene que observar bajo el microscopio machista de la sociedad, porque para la sociedad al parecer eres incompetente como madre si no hay una figura masculina dentro de la casa y tú madre soltera y tus hijos se vuelven sujetos de estudio para todo tu entorno social. Juárez (2020) nos señala, “la maternidad en México ha sido estigmatizada, tanto como una entrega al cien porciento a la labor de cuidado, como un deber ser de las mujeres” (párr. 4).

Creo que desde mi punto de vista someter a las mujeres que son madres solteras y ponerlas bajo una lupa que las observa todo el tiempo tanto a ellas como a sus hijos, hará que eventualmente estas mujeres enfermen psicológicamente ya que ellas y sus hijos no más que el síntoma de una sociedad que aun hoy en pleno siglo XXI sigue persistiendo un sistema patriarcal, el cual espera mujeres mental y físicamente sanas pero que a su vez es este mismo sistema quien enferma a las mujeres, a esto hay que sumarle el estigma que sigue existiendo acerca de la salud mental y que tal vez si alguna madre soltera decidiera buscar ayuda psicológica le daría otro motivo a la sociedad para pensar que es “mala madre”, ya que en México sigue persistiendo la idea de que un psicólogo es para alguien “loco”. Barberá Heredia y Martínez Benlloch (2004) nos recuerdan que el pensamiento patriarcal es un pensamiento lineal que solo toma en cuenta las opiniones de los varones, dejando de lado cualquier otro punto de vista que no sea de un hombre blanco y heterosexual.

En conclusión, creo que el estereotipo que nuestro sistema hace acerca de mujeres que son madres solteras es igual a cualquier a otro que ha hecho donde el objeto de estudio son las mujeres, solo que en este caso se encarga de no solo dañar a las mujeres, también se encarga de dañar a sus hijos. ¿Cómo se espera que estas mujeres sean madres perfectas cuando las aislamos y las relegamos a un estereotipo donde si tienen suerte, lo más que pueden esperar es que llegue un buen hombre que las quiera con todo y sus hijos? ¿Por qué en vez de hacer de estas mujeres outlanders no las vemos como mujeres normales que se esfuerzan por un mejor futuro tanto para ellas como para sus hijos? No creo que ser madre sea sinónimo de dejar de quererse, por años nos han venido la idea de que una madre perfecta es aquella que daría todo por sus hijos, incluso su vida misma, y no dudo que sea cierto, pero no creo que tenga nada de malo que una mujer con o sin hijos salga a divertirse de vez en cuando, pueda conocer nuevas personas o incluso tener una vida sexual activa, no creo que estos tengan que ser factores que afecten el hecho de que alguien sea buena madre o no, son actividades normales que cualquier ser humano podría hacer sin ningún problema. Ejercer este tipo de presión sobre estas mujeres sin ningún tipo de empatía o resiliencia nos dará mujeres enfermas que criaran hijos enfermos y sintiéndose siempre esos outlanders que la sociedad les hizo creer que eran.

 

 

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